Sin duda, el cortijo Palitroques ha sido el mejor campo base posible para conocer la Subbética cordobesa. Hemos subido a la Tiñosa, recorrido el río Bailón, hemos visitado Priego, Cabra, Zuheros, hemos conocido los búnkeres de Luque, un día fuimos a Montoro y, cómo no, Cordoba y su mezquita... La semana de Pascua ha dado mucho de sí, y, a la vuelta de las excursiones, hemos disfrutado a tope del cortijo. Cocinabamos en la cocina exterior mientras pequeños -y grandes- se bañaban en la piscina. Una gozada.