Ha sido una experiencia inolvidable, tanto por el entorno como por la calidad de la casa y su equipamiento.
La pequeña piscina es más que suficiente para refrescarte en estos días tan calurosos que hemos tenido, y el agua viene de un manantial propio, a una temperatura perfecta. Y en el interior de la casa, la temperatura se mantenía fresca gracias a sus gruesos muros. Las noches, en el exterior casi eran fresquitas y la ausencia de contaminación lumínica dejaba presenciar unos cielos extraordinarios.
Se agradece también la ausencia de mosquitos (tanto de día como de noche), al menos en los 10 días que hemos estado. Hay alguna masía habitada relativamente cerca, pero lo bastante distante como para que nadie moleste; y parece ser que sólo acuden en algún momento del verano, por lo que hemos visto.
Se puede llegar perfectamente con cualquier tipo de coche. El camino es estrecho en su tramo final, pero se pasa perfectamente. Hay dos pueblos a pocos kilómetros, con las tiendas necesarias para cualquier necesidad.
Y el trato de los propietarios es rápido y atento.
Recomendable, pues, REPETIREMOS...