Alquileres vacacionales cerca de Centro Buñuel Calanda

Casa con encanto, hay mucho que ver por los alrededores, nosotros hemos estado muy a gusto, La Fresneda es un pueblo precioso.

Lugar espectacular, bien ubicado en un pueblecito encantador de Matarraña, La Casa muy cómoda, amplia y con todo lo necesario para una estancia de lo más agradable, el anfitrión Agustín nos asesoro en todo.sin duda volveremos.

El titulo pretende invitaros a que os alojéis en este "rinconcito" por varias razones: los apartamentos están muy bien, tienen de todo y están decorados con mucho gusto, os hará sentiros como en casa. Se nota la ilusión y ganas que han puesto en su negocio, son unos valientes a los que apoyar en estos tiempos. El trato recibido fue excelente, nos explicaron todo: funcionamiento y localización de aparatos y enseres, propuestas de actividades y visitas, y atendieron nuestras peticiones con rapidez, todo acompañado de amabalidad y simpatía. Respecto de la localización del pueblo, tenéis a menos de 30 minutos el resto de pueblos con encanto de Matarraña con lo que si no os hace buen tiempo para hacer senderismo, no os resultará pesado coger el coche y visitar varios pueblos. Nosotros hicimos el Parrisal de Beceite y nos encantó. El resumen es que volvermos a Matarraña, porque Teruel sí existe, y ya conocemos el lugar donde alojarnos. Mucha suerte a nuestros anfitriones y deseo buenas sensaciones, disfrutre y descanso a los futuros huéspedes que seguro tendrán. Hasta la próxima!!!

Excelente casa para pasar unos dias en la zona. Esta decorada con mucho gusto y no falta un detalle. Hemos pasado unos dias fantasticos, pensando en volver mas adelante sin importar si se trata de verano o invierno.

Ha sido una experiencia genial. Los propietarios son gente encantadora y te facilitan todo muchísimo. La casa rural es preciosa, tiene de todo, no le falta detalle. Es un lugar para volver sin lugar a dudas.

Muy buenos anfitriones y la casa perfecta como centro para realizar excursiones, visitas y descanso.

El alojamiento es un antiguo pajar reconvertido ven alojamiento rural. Muy confortable, la chimenea un lujo en invierno.

Fuimos un grupo de 8 personas, y desde el primer momento, incluso antes de entrar a la casa, la anfitriona: Nuria, se puso en contacto con nosotros y nos ayudó en todo (comida, compra, etc). Cuando llegamos a la casa, la cual es tal y como se ve en las fotos (espectacular), teniamos de todo gracias a ella. Las habitaciones son grandes, no falta de nada, y la decoracion va en concordancia con la historia de la casa. En definitiva, una maravilla de casa y de anfitriones. Como tenemos que volver a hacer la ruta del silencio, repetiremos seguro!!!