Muy rara vez se producen incidentes importantes en los alojamientos de alquiler. Sin embargo, sí es más frecuente que haya algún percance menor. Si quieres proteger tu alojamiento de posibles daños, puedes solicitar a los viajeros que adquieran una protección de daños a la propiedad o que paguen por los daños que hayan ocasionado.

Protección de daños a la propiedad (PDP)
Se trata de un seguro opcional que compran los viajeros para no tener que pagar de su bolsillo los daños accidentales que se produzcan en tu alojamiento. Puedes sugerir a tus huéspedes un nivel de cobertura concreto, o bien pueden optar por pagar el importe de la PDP como depósito de daños reembolsable (RDD) en lugar de la cantidad no reembolsable.

Depósitos de daños
Puedes establecer un importe en concepto de depósito que el huésped deberá abonar para responder por los daños que haya podido ocasionar en tu alojamiento. Tendrás hasta 14 días desde la salida del huésped para presentar una reclamación. Cobraremos el importe correspondiente en tu nombre a través de la tarjeta de crédito del viajero utilizada para la reserva.

En ciertos casos, se le puede pedir al huésped que abone el depósito de daños por adelantado al hacer la reserva o en el último pago, si es una reserva con varios plazos.

Contrato de alquiler
También puedes pedir a los viajeros que firmen un contrato legal de alquiler antes de llegar al alojamiento para que les conste exactamente cómo esperas que traten tu alojamiento durante su estancia. Además, comprueba que tus Normas del alojamiento incluyan toda la información necesaria para que los huéspedes estén al tanto de las reglas relativas a la ocupación máxima o la edad mínima del inquilino principal, así como si se permite fumar o celebrar eventos en el alojamiento u hospedar menores o mascotas.