Casa Rio Dulce & SPA para 2 personas

Estuvimos mi marido y mi hijo de 22 años durante la semana santa de 2017. El pueblo es muy tranquilo y en pleno P.N del Rio Dulce. No esperes encontrar un bar o restaurante en este pueblo!!. Sólo naturaleza y tranquilidad.

Es el lugar ideal para desconectar y relajarse y el punto de salida de una ruta senderista o ciclable que recorre el parque natural al lado del rio Dulce pasando por el pueblo de La Cabrera y que acaba en Pelegrina.

Tuvimos suerte de avistar varios corzos por las mañanas tempranito que bajaban a beber al rio, buitres leonados, perdices, palomas torcaces, pájaros carpinteros, chorvas piquirrojas, etc...

Si os gusta el avistamiento de aves y el contacto con la naturaleza, éste es vuestro sitio.

La casa muy bien equipada, no le falta de nada. El espacio muy bien aprovechado y la decoración muy alegre. Toñi, la dueña, se encarga de prepararte unos bizcochos deliciosos para el desayuno y te provee de leche y zumo a demanda. También organiza una salida nocturna Zen, para escuchar el sonido del río y observar el cielo estrellado. Pudimos oir autillos y corzos en nuestro paseo y encontrarnos un poquito con nosotros mismos durante la hora que dura el paseo en silencio absoluto, alejandonos del ruido exterior y del ruido interior.

El pueblo está muy bien situado para visitar Sigüenza que queda a unos15 kms y un sinfin de pueblos castellanos.

También tuvimos ocasión de probar el SPA, un lugar para relajarse y con unas vistas espectaculares.

Muchas gracias Toñi por tu amabilidad. Hemos estado muy agusto en tu casa. Un lugar para repetir.

Hemos estado cuatro noches alojados en la Casa Río Dulce. Muy cómoda y suficientemente amplia para todos los que íbamos (8 en total, de los cuales 4 eran niñ@s) La casa estaba muy limpia y contaba con todos los elementos de menaje necesarios (hasta nos dejaron pastillas de jabón para el lavavajillas...lo cual es un detalle que se agradece).

Los famosos bizcochos de Toñi, de los que hablan otros huéspedes en sus opiniones, están realmente buenos y también aprovechamos la extensa oferta de DVD que están a disposición de los clientes.

Algunos de nosotros disfrutaron, además, del paseo zen nocturno con meditación y todo, y vinieron más que satisfechos (y relajados) con la experiencia.

Solamente una de las parejas, no descansó lo suficiente debido al colchón de su habitación. Después Toñi nos aclaró que podíamos haberlo avisado porque dispone de otros colchones.....(¡ya lo sabemos para otra vez!)

En lo que respecta al entorno, el pueblo no puede ser más tranquilo y sencillo. Los niños se lo pasaron genial campando a sus anchas y bajando al manantial a por agua cada mañana. Muy bonita la excursión que llaman "Los Corzos" de subida al Pico Lutero. La vista desde allí arriba es de lo mejor. La ruta desde Aragosa hacia Pelegrina, junto al Rio Dulce, también merece la pena por el tramo que pasa por el Cañón y por la facilidad para avistar buitres, alimoches, cuervos y demás fauna. La ruta que sale desde Pelegrina también es muy bonita, aunque más concurrida por ser más conocida.

En todo caso un sitio para volver, sobre todo por lo cerca que queda de Madrid.

Estuvimos alojados en el apartamento lalibelia III, estupendo, tiene todo lo que necesitas para tu comodidad, con esa estufa no pasas nada de frío, todo el apartamento es abuhardillado y la cama de la parte de arriba estupenda para las niñas, que las mantuvo independientes de los padres, eso sí con 13 y 12 años, porque la escalera de acceso no es recomendada para menores. El bizcocho de desayuno una delicia, el trato por parte de Toñi perfecto, ese paseo Zen, nos hizo desconectar del estrés y contactar con la naturaleza, un entorno de tranquilidad y completamente natural, no pudimos llegar a realizar el paseo por el sendero del río por la climatología adversa, pero esperamos volver para poder hacerlo. El spa un extra que ayuda más a tener ese descanso y relax que merece el entorno. Agradecer a Toñi su ayuda por las molestias que pudimos ocasionar al dejarnos una almohada en la habitación y que en breve tiempo ha vuelto a su sitio en la casa. Muy cercano el alojamiento a Sigüenza y a pueblos castellanos. Todo prácticamente perfecto, esperamos volver.

Hemos pasado un fin de semana inolvidable en esta región. El entorno de la casa es precioso, y los lugares para visitar en los alrededores son muy bonitos también (paseos por la vera del río, inolvidable el paseo zen nocturno).

Hay mucho para ver y disfrutar en Guadalajara. La habitación, muy acogedora, estaba perfecta, sin ningún ruido por la noche. Toñi (la dueña) fue muy amable con nosotros, siempre dando buenos consejos y dispuesta a echar una mano para hacer la estancia lo más agradable posible, tanto a nosotros como a nuestros hijos, que volvieron encantados de ver a las gallinas, jugar en el parquecito del pueblo... Un descubrimiento!