Acabamos de llegar de un fin de semana "largo" en el apartamento Horiagua I. Somos una pareja con una niña de 17 meses y la verdad es que no podemos tener más que buenas palabras para esta casa.
Empezando por el detalle y cuidado que se ha tenido en la misma, la cocina está completísima y tiene de todo lo que se puede necesitar, el menaje es suficiente no solo para dos parejas sino para cuatro. La limpieza de cada estancia es impecable, las sábanas, las toallas, todo como te gusta encontrar cuando sales fuera.
Mención aparte el trato de Román. Además de su paciencia al teléfono para guiarme después de haberme perdido, nada más llegar nos obsequió con unos embutidos deliciosos y una estupenda tarta de zanahoria y chocolate, pero no sólo eso, hay detalles que denotan el cuidado que se pone cuando uno quiere dar un buen servicio, como el hecho de que nos tenía preparadas 6 botellas de agua, ya que el PH del agua del grifo no es la más idónea para el consumo, muy de agradecer, sobre todo por la pequeña. O que sacase la barbacoa fuera con una sombrilla por si queríamos usarla.
La parcela, fresquita como ella sola, los árboles que la rodean por todas partes ofrecen una sombra más que necesaria en el mes de Agosto, la diferencia entre el pueblo y la casa podría ser de unos 10 grados, por las noches lo hemos agradecido.
El apartamento es totalmente independiente de la otra casa y sólo se comparte la piscina, que es suficiente para lo que queríamos, remojarnos un poco y que las criaturas disfruten como enanas, si alguien necesita hacer 2 Km diarios nadados lo va a tener más difícil.
El entorno es genial para el que le guste la naturaleza, si se quiere salir de marcha o cosas así...pues no, pero el pantano y los montes ofrecen rutas y paisajes para disfrutar de veras.
En fin, muchas veces leemos que todos los propietarios quieren hacer sentir a la gente como en su casa, y la verdad es que creemos que Román lo ha conseguido. Enhorabuena.