Estuvimos para los 3 días del Pilar del 2018, con mi familia (mi marido y dos niñas de 6 y 2 años) y otra familia más con una niña de 7 años. El sitio genial, muy tranquilo, sin coches, ruidos, etc. Nos alojamos en la vivienda principal, muy grande y que contaba con todo, toallas, sábanas, cuna, trapos, jabones, secador de pelo, absolutamente de todo. El entorno lo mejor, barbacoa, sitio al aire libre para comer, relajarse, pasear. Las niñas se lo pasarón genial porque además hay animales como gallinas, patos, ocas, gatos a los que dar de comer. Hay hasta una piscina, que por el tiempo no pudimos probar, pero que seguro que debe ser ideal. Severino, el dueño, muy amable, se preocupó en todo momento para que estuviéramos cómodos, nos dió tomates del huerto, pepinos y huevos. Entramos al corral de las gallinas con él para darles de comer, y hasta se preocupó de guiarnos para hacer alguna excursión por allí y aconsejarnos y reservarnos restaurante para comer un día. En fin, una estancia muy agradable en un buen sitio y buena compañía.