Hemos pasado unos días inmejorables, todo lo que cuentan el resto de personas que se han alojado allí es cierto. El trato de Manuel es estupendo y atento. La casa está muy bien, pero sinceramente para nosotros lo mejor ha sido el jardín, el jardín y sus olores... tanto es así, que estuvimos oliendo planta por planta para ver de dónde provenía ese olor tan agradable. Finalmente, no pudimos averiguar exactamente qué era, porque era todo; el cesped, la menta, las violetas, los árboles.... .
Bueno, y luego la vecindad: eso de tener a dos ardillas matutinas que se dejaban ver sin ningún tipo de pudor, no tiene precio la verdad.
Fauna,flora, intimidad y tranquilidad sin salir del pueblo,dónde puedes encontrar todos los servicios, ya que la casa está muy bien situada. Nosotros se la estamos recomendando a todos nuestros amigos y conocidos porque cuando has estado unos días tan a gusto es importante ser solidarios.