Can Canet de Santa Pellaia

La masía está en una colina de Les Gavarres, un macizo montañoso totalmente verde, de encinas, alcornoques, madroños y pinos. Tiene unas vistas estupendas hacia el mar, en el que se ven las Islas Medas. Si buscas paz, en una casa donde se ha conservado la elegancia rústica pero se han añadido las comodidades actuales, con habitaciones grandes y espaciosas para relajarse, y muchos rincones para buscar un rato tranquilo; si te gusta andar, nadar, jugar al tenis, o al pingpong - disfrutar de las noches estrelladas, de la naturaleza, y de todo lo que la Costa Brava ofrece - mar, arte, golf, ciclismo, comida, vino, cava, restaurantes... - te encantará Can Canet.

La casa mantiene su carácter rústico catalán con toques elegantes: altos techos, lámparas de araña, enormes ventanas. La atmósfera de la casa es acogedora, relajante y cómoda, con muchos sitios para sentarse a leer o disfrutar de las vistas tanto del valle como del mar. Es una casa alegre, donde una familia muy grande (mitad Española mitad Inglesa, 6 hijos en total ampliando ahora con nietos) disfrutan todo el tiempo que pueden.

En la planta baja hay dos salones, dos halls, una cocina completísima, una lavandería y un aseo. En la cocina se abre una de las puertas a un gran porche - 19 metros- con zona de comedor -dos largas, mesas-, de barbacoa, y de estar con sofás de exterior con vistas al Mediterráneo. Además hay un dormitorio doble, con su baño.

Arriba, a donde se accede por dos escaleras, hay otras 5 habitaciones disponibles (hay dos más, que no lo están). Dos de ellas tienen un baño completo incorporado -la suite con bañera y ducha- otra de ellas, tambien doble, tiene el baño al lado. Al otro lado del gran Hall hay otras dos habitaciones dobles, que están conectadas por un gran baño entre ellas por lo que son ideales para familias. Todas las habitaciones son luminosas y tienen colchones nuevos y ropa de lujo.

Además, disponible separadamente (no está incluido en el precio) hay un estudio con salon/cocina americana, cama doble y baño y su propia terraza, perfecto para por ejemplo, cuidadores de niños.

La privacidad es máxima porque todas las habitaciones están separadas entre sí por espesos muros de piedra y amplios espacios (hall, habitaciones no disponibles, etc).

La piscina tiene un vestuario con ducha, baño y un frigorífico para refrescos, y zona de tomar el sol con tumbonas. Muy cerca está la pista de tenis, rodeada de árboles.

La finca en total son más de 240ha, con muchísimos caminos para explorar, que llevan a sitios ideales como Santa Pellaia -a sólo 1km- con una iglesia muy bonita y vistas espectaculares; otras ermitas perdidas en el bosque, ruinas, gorgas... en Can Canet vivieron familias durante siglos: hemos recuperado sus antiguos almendros, los olivos que estaban en la finca, y hemos plantado alguno más: cada año producimos una pequeña cantidad de nuestro propio aceite. Trabajaban el corcho, como en toda esta zona: cerca de la casa hay un alcornoque singular, un venerable y enorme árbol de más de 100 años.

Aunque la casa está en una colina en el área protegida de Les Gavarres, sólo está a 4,6km de Cassá de la Selva, una pequeña ciudad con todo lo necesario. Desde ella se accede a la red de carreteras que nos lleva a las playas de la Costa Brava -la más cercana está a unos 25 minutos de Cassá-, o al interior: el Baix y Alt Empordá, la Garrotxa o el pre-pirineo, con tantos pueblos bonitos -Besalú, Púból- y la misma Girona que es una ciudad glamurosa y llena de estilo. Además, en Girona está el AVE - que lleva en 25 minutos y menos de 10 euros a Barcelona-, y el aeropuerto. A menos de media hora hay dos campos de Golf notables: el PGA Catalunya, y Santa Cristina d'Aro, con unas espectaculares vistas sobre todo el litoral.