La casa es justo lo que buscamos, toda para nosotros y en un entorno muy tranquilo, al lado del campo. Fuera del bullicioso Chamonix pero al mismo tiempo cerca en coche, tren o autobús (estos dos últimos gratuitos para los turistas que se hospedan en el valle). Hay muy cerca un supermercado que tiene de todo, una gasolinera muy barata y algunos restaurantes como un italiano-pizzería muy recomendable. La casa tiene de todo y es muy cómoda en general, con detalles muy bien pensados para aprovechar el espacio. El jardín pequeño pero suficiente para relajarte en él, comer o hacer una barbacoa. Y la temperatura perfecta comparada con la de España en estas fechas (agosto). Todo muy nuevo y cuidado. Pauline, la dueña, es muy simpática y nos explicó todo muy bien, y aún así está disponible si es necesario porque viven justo al lado. Muy recomendable. Sin duda alguna repetiremos la experiencia.