Una antigua casa de piedra en el centro histórico de Martina Franca. Ideal para dos o tres personas, aunque la casa podría acomodar más. Curada y amada por los momentos mágicos que te brinda. Acceso independiente Primera planta con cocina, salón con chimenea, baño y entreplanta. Segundo piso con cama doble más cama individual, baño con ducha. Terraza (con pérgola) que se destaca sobre el casco antiguo, amueblada con una hamaca, dos tumbonas, toallas de felpa, mesas y sillas.
Vivir en el centro histórico es una experiencia única, especialmente para los que vienen de la ciudad. Debe estacionar su automóvil fuera de las paredes y llegar a la casa a pie (menos de cien metros). La casa no tiene ascensor. Te obligarán a hacer algo de gimnasia, pero a cambio, desayunar, leer un libro, disfrutar de una copa de vino o cenar en la terraza es invaluable.
Perderse en el centro histórico es una experiencia relajante e intoxicante. Los pavimentos pavimentados con piedras milenarias, los balcones barrocos y las tiendas lo llevarán al pasado para recuperar una paz profunda e íntima. Los numerosos bares / pastelerías de la zona le permitirán degustar el famoso boconotti martinesi acompañado de un café con leche de almendras. Será posible cenar en uno de los muchos restaurantes que colocan sus mesas en las calles estrechas. Puedes apreciar la carne cocinada en hornos de leña directamente en los carniceros que pueblan la ciudad vieja.
NO es posible traer mascotas y fumar dentro de la casa. El precio estándar es para dos personas. Los huéspedes pueden utilizar toda la casa, que no tiene TV. Acceso a internet Wifi disponible.