Somos una familia con cuatro niños entre uno y siete años que pasamos una semana en agosto, y solo puedo decir cosas buenas. Unas casitas sencillas, limpias, cómodas, dentro de una finca preciosa rodeada de un paisaje espectacular. La finca tiene una piscina que es una maravilla que hace que cueste irte a hacer excursiones, te dan ganas de no moverte de ahí. Además patos, gallinas, conejos que hacen que sea todo todavía más encantador. Los niños allí son felices, mucha libertad y ningún peligro. Los dueños encantadores siempre dispuestos a todo, reciben muy, muy bien a los niños, da gusto ir a un sitio donde los niños son tan bien recibidos. Esperamos poder volver el año que viene.