La casa es una maravilla, con el interior de madera, todo el equipamiento necesario, unas vistas espléndidas, espaciosa, con tranquilidad absoluta y un entorno para desconectar. Sentarse a leer por las tardes en la amplia explanada de césped, con los pájarillos pululando alrededor y la vista del monte rocoso al fondo es un privilegio impagable. Cidones es un buen puerto base para hacer viajes y excursiones por toda la provincia. Quique y Elvira, sus dueños, son dos personas fantásticas, tanto en su actitud hacia los visitantes para que se encuentren bien como en su trato personal, cordial y enriquecedor. Se nos hizo cortísima la quincena, y esto ya demuestra lo a gusto que estuvimos. Miguel, Cinta, Zaida y Migue, de Sevilla.