En el corazón de la montaña negra, en la vegetación y la frescura de los castaños, este pequeño pueblo le ofrecerá la calma y el canto tranquilo de su río. Los excursionistas, buscadores de hongos, pescadores o, simplemente, amantes de la naturaleza, este lugar le permitirá pasar una estancia inolvidable.
La ciudad medieval de Carcasona, ubicada a pocos kilómetros de distancia, te transportará al pasado.
Los lagos de la Montaña Negra, mientras tanto, te rejuvenecerán.
El alojamiento independiente en una casa con vistas al pueblo, le ofrecerá una vista excepcional. Y la terraza bajo los castaños, un lugar de descanso y tranquilidad.