Estuve en el puente de diciembre con mi pareja, y la verdad es que volvería sin pensarlo. La casa está muy bien equipada, tiene prácticamente de todo y la dueña, Silvia, y su padre, fueron un encanto.
Si queréis hacer turismo por la zona, la verdad es que no hay muchas localidades cercanas que tengan un interés cultural. Impresionantes los viñedos de la zona, eso sí. La ribera del Duero es lo más destacable y lo más cercano. Después, en la provincia de Segovia, tienes varias localidades que disfrutar, aunque ya están a bastante tiempo en coche y nosotros queríamos principalmente descansar.
El pueblo en el que se encuentra es muuuy tranquilo. No vimos más de 10 personas en todos los días que estuvimos allí. Por la noche no se oía nada, ningún movimiento de gente. Si queréis olvidaros del mundo éste es el lugar perfecto. Si vais sin la compra hecha, tendréis que acercaros a otra localidad más grande para ello, porque en el pueblo no hay ningún establecimiento, ni siquiera para comprar el pan, por lo que nosotros vimos.
Sobre la casa no tengo nada negativo que decir. Quizás lo que al principio me chocó fuera que en la TV no se vieran más que dos o tres canales. Nosotros nos llevamos el receptor de GolTV porque había un partido que no queríamos perdernos y no hubo manera de sintonizar nada. Así que desde luego es un sitio para olvidarse de todo y de todos.
El resto perfecto. Cocina completamente equipada, limpieza correcta, camas cómodas... Y la casa es muy bonita. Recomiendo la estancia totalmente :-)