La casa-abadía de Banaguás antaño fue una abadía dependiente de San Juan de la Peña, como demuestra la placa en piedra junto a su portalón de arco apuntado con el Agnus Dei coronado, emblema del cercano monasterio. Se construyó con sillarejo en 1753, según sendas inscripciones sobre el dintel de las puertas. Se encuentra unida por un arco —resto del antiguo pasadizo de comunicación— a la iglesia de San Juan Bautista, con ábside del siglo XI. Su fachada principal, rematada por una gran chimenea, es muy notable, si bien fue remozada con elementos palaciegos ajenos, como la ventana geminada gótica. Adorna la cara lateral una puerta con arco de medio punto levantada en piedra sillar.
El mobiliario en su mayor parte es tradicional, procedente de Aragón y Navarra. Las puertas, antiguas y talladas, pertenecieron a palacios de la comarca. Los suelos son de barro cocido, muy singulares. Todos los techos tienen la viguería vista original, salvo en “El Palomar”, oculta tras paneles de madera. Las contraventanas, de madera, impiden el paso de la luz. Las ventanas cuentan con acristalamiento “Climalit”.
En resumen, una casa con historia y autenticidad, con el confort del siglo XXI.