El "LOFT DELLA PERPETUA" Ático romántico, cálido y acogedor, apto para mascotas con plaza de aparcamiento privado cerca de la estructura.
Situado en Montagnaga, en la meseta del Pinè, en el centro histórico de la "Mass dei Bernardi", a 1000 metros sobre el nivel del mar, a pocos pasos de senderos forestales y carriles bici.
Precioso ático con dormitorio doble en altillo, ideal para una pareja.
Situado en el antiguo pueblo, la "Mass dei Bernardi". El edificio ha sido renovado recientemente, originalmente era el antiguo establo con granero llamado "El Michelot dei Bernardi". El ama de llaves se quedó allí con su familia. Algunos muebles son originales, restaurados y colocados en la buhardilla, como el estante para platos, la mesa y un armario pintado. El ático es cálido y acogedor con techo expuesto y dormitorio doble en el entresuelo. El salón está equipado con 2 sillones, TV de pantalla plana. La cocina abierta, completa con electrodomésticos: vitrocerámica, frigorífico con congelador, lavavajillas, horno, cafetera, hervidor y microondas. El baño completo con bidet, ducha y lavadora. Instalaciones totalmente para NO fumadores.
Se admiten perros de tamaño pequeño/mediano, con un pequeño suplemento en concepto de limpieza. Cerca de la estructura hay disponible una plaza de aparcamiento sin vigilancia para el coche.
Todo el apartamento está perfectamente nuevo equipado.
Entrada de 14.30 a 19.00 horas. Salida antes de las 10.00 horas.
Sanitizamos cuidadosamente los ambientes y utilizamos el purificador de aire con generador de ozono, para total seguridad de nuestros huéspedes.
En Montagnaga, una de las 10 aldeas que componen el territorio de la Meseta del Pinè, situada a 967 metros sobre el nivel del mar, centro de actividades turísticas recreativas, plácidos lagos rodeados de bosques, impresionantes vistas de la cadena del Brenta, pero también pequeños pueblos, iglesias e instalaciones deportivas de primer nivel. Aquí las vacaciones no son sólo naturaleza y deporte, sino también contacto con la cultura, la historia y la espiritualidad. La aldea se presta a una estancia tranquila, favorecida por el clima, la altitud óptima, los bosques, las reservas pesqueras y una cocina tradicional muy genuina.