Un alojamiento fantástco. No le falta nada: utensilios de cocina nuevos, camas cómodas, vajilla y cubiertos abundantes para 4 personas, wifi, tele, electrodo ésticos, calefacción, plaza de parquing en el edificio. Una maravilla. El propietario muy comunicativo, atento, simpático y agradable. Muy detallista: nos encontramos en la nevera una botella de agua fresquita, cava fresquito y zumo. Una experiencia única e inmejorable. Muchas gracias Jean Pierre por todo.