Todos los calificativos que tenemos para El Molino de Alocen son positivos porque hemos pasado un fin de semana perfecto.
Sobre la casa: Hemos ido 4 familias con niños y dos perros y hemos estado súper cómodos. La casa es muy grande y tiene distintas estancias donde los niños pueden jugar (se lo pasaron bomba jugando al escondite), el salón de la tele está separado de las habitaciones por lo que se puede trasnochar sin molestar a los niños o a los dormilones…¿verdad Pablo?;-). También nos pareció fenomenal que cada habitación tuviese su baño completo, algo que es difícil de ver en otras casas, y que estuviesen en la misma planta que el salón y la cocina. Las camas invitan a dormir hasta medio día y todas las habitaciones tienen vistas al campo y a la fuente del pueblo de la que se escucha caer el agua del caño (muy relajante…). Buena temperatura en la casa con menaje suficiente. Tiene un jardín con barbacoa y un porche grande donde nos comimos una señora barbacoa. Victor y Teresa, los dueños, encantadores y dispuestos a echarnos una mano en todo para que estuviésemos a gusto.
El entorno: El pueblo tiene mucho encanto. Es pequeño, solo hay un bar pero tiene de todo porque también es tienda y venden pan. Tiene unas vistas preciosas al embalse de Entrepeñas y está rodeado de caminos por los que pasear o ir en bici disfrutando de la naturaleza y los animales (¡vimos conejos y corzos!). Tiene una plaza grande donde está el bar con terraza para tomar el aperitivo y una iglesia muy bonita. Tiene un polideportivo con pistas de tenis, pádel, baloncesto, frontón, piscina… aunque no nos dio tiempo a ir.
Resumen: aconsejo a todo el mundo esta casa rural por su encanto en sí misma y el de su entorno, se nos quedó corto el fin de semana y quedamos todos encantados con ella, ¡REPETIMOS SEGURO!.