Cuando llegamos al pueblo, Jesús, el dueño, nos estaba esperando en la puerta, que eso siempre es de agradecer. El pueblo es pequeño y tranquilo, la gente muy amable y simpática.
Al entrar en la casa nos llamó la atención lo completa que está y lo bien aprovechados que están todos los espacios. La casa dispone de frigorífico, lavadora y lavavajillas (que siempre es de agradecer cuando se está de descanso), cafetera, tostador, (y aceite, sal, vinagre, azúcar, café, infusiones, que siempre algo se olvida), tiene wifi, TV con lector de CD, DVD, USB, ..., vamos, completísimo. Baño muy limpio con todo lo necesario (gel, champú, secador de pelo ,...).
Lo mejor, la terraza donde a última hora de la tarde nos sentábamos a leer o contemplar las vistas sin que se escuchara absolútamente nada. Relax.
Jesús nos estuvo explicando zonas para visitar y rutas que hacer por la zona, carreteras que merecían la pena, con miradores y paisajes que no suelen aparecer en las guías y que sólo una persona que es de la zona lo conoce y quiere que la gente no se vaya de allí sin verlo. Gracias por todo.
Os recomendamos que lo comprobéis vosotros mismos.