Más que un lugar es una experiencia. Todo, en el Unicornio, respira vida y tranquilidad; la casa ("vestida" con gusto y con todo lujo de detalles para estar cómodo), el porche acogedor de día y de noche con sus comodísimos sillones, la piscina que se disfruta después del agradable paseo desde la cabaña, tras cruzarse con los perros que vienen a saludar y observar a lo lejos los caballos, las hamacas bajo los árboles.... Bienestar y calma.
Muy recomendable para todos los amantes de la naturaleza. (Nosotros fuimos sin niños pero para ellos es sin lugar a dudas también un entorno de ensueño).