La casa está bien para pasar unos días. Nosotros nos alojamos cinco en el "Risco chico". Nos apañamos con un único cuarto de baño, aunque a veces se acababa el agua caliente de la ducha, pero el menaje de cocina es muy escaso, y la vajilla y la cubertería muy incompletas. El wifi no funciona la mayoría del tiempo, pero la cobertura 3/4G es aceptable.
La casa es fría, lo que en verano sin duda es una ventaja, pero en primavera aún es necesario encender los radiadores y usar mantas para dormir. En el dormitorio principal no hay radiador, y si se emplea el aire acondicionado para calentarse, hace ruido.
Debería estar disponible la lavadora pero no es así.
El pueblo no es especialmente tranquilo, los jóvenes son ruidosos por las tardes y por las mañanas pasan vehículos.
Hay una tienda muy pequeña para algunos artículos de primera necesidad, dos bares a los que no fuimos, y una churrería en la que comprar unas porras muy buenas y baratas por las mañanas para desayunar. Algunos días hay mercado en la plaza.
Hay una iglesia románica donde acudir a Misa y un convento en ruinas víctima de la desamortización.
El entorno natural es muy agradable, con una ruta de montaña de dificultad media muy recomendable.
Lo mejor es la situación tan cercana a Trujillo, y buena para visitar Cáceres, Mérida, Plasencia, Yuste, Guadalupe, etc.
Imprescindible disponer de vehículo.
El dueño muy atento y el precio razonable.