Hemos estado el Puente de la Constitución dos parejas con dos niños. La casa muy limpia. La calefacción de suelo radiante, estupenda. Tres habitaciones con su baño cada una. La habitación del ático con jacuzzi, mas otro aseo al lado de la cocina. Mari Carmen, la dueña, tiene también el Hotel Rural y el Bar que abre desde las 8 de la mañana, por lo que está siempre disponible para lo que necesites. Nosotros le pedimos un tostador y nos lo trajo acompañado de unas avellanas que había tostado en un horno de leña. Riquísimas. La aldea está cuidada, las casas muy bonitas y bien restauradas. En plena naturaleza. Desde allí hay una ruta que va al pueblo de Pandiellu, asequible para niños, que la misma Mari Carmen te explica por dónde sale. Cerca está Cangas de Onís, Arenas de Cabrales, Bulnes, el Teleferico, la Ruta del Cares... En definitiva, hemos vuelto muy contentos tanto con la casa, como con el pueblo y la zona de Cabrales.