Fuimos 3 parejas con niños en pleno verano y quedamos muy satisfechos. La casa es grande, con unas habitaciones hermosas (una de ellas con baño para personas con movilidad limitada), porche y un patio con piscina y barbacoa donde los niños pueden jugar y bañarse tranquilamente. El salón-comedor está bien equipado (TV, DVD, chimenea) igual que la cocina (Lavaplatos, Lavadora, micro, y una gran variedad de instrumentos de menaje). No tiene, eso sí, aparato de música.
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Los dueños, que viven en la casa de al lado y son los panaderos de la zona, son muy agradables. Puedes, además, pedirles que te asen un cochinillo, que no solo está delicioso sino que sale muy barato (alrededor de 50 euros nos cobraron por un cochinillo para 6 personas!)
El pueblo, sin ser especialmente bonito, es muy tranquilo y sus habitantes amigables. Tiene una iglesia digna de visitar y unas lagunas con todo tipo de aves a tan solo unos minutos a pie.
Es un lugar recomendable para pasar unos días de relax en el campo.