La casa estaba muy bien decorada, para ir con niños muy cómoda (el billar los ha entretenido mucho); el jardín y el porche se agradece mucho, incluso cuando por las fechas, como fue nuestro caso, no se puede aprovechar. La limpieza, correcta.
Echamos a faltar un lavaplatos en la cocina (la casa es para seis, se junta bastante para fregar) y una vajilla un poco más completa (sobre todo, copas y vasos). La habitación doble de la planta baja era muy fría.