La casa es extremadamente cómoda y confortable, un concepto abierto para una casa que, aunque pequeña, para una pareja es simplemente perfecta. Su decoración en blancos y grises hacen de ella un pequeño oasis de tranquilidad en la bulliciosa ciudad de Madrid, en un barrio muy tranquilo, con mucho encanto, y a su vez, con muchas posibilidades para salir a tomar algo, ya que en la misma calle donde se ubica hay unos cuantos bares de esos en los que a primera vista te apetece entrar. El hecho de que esté en un tercero sin ascensor, se compensa con el grado de detalle y equipamiento que brindan los anfitriones del piso, ofreciendo desde café, hasta suavizante para la lavadora si fuera necesario. Por otro lado, me gustaría reiterar el magnífico trato que nos ofrecieron, que únicamente podría definirse como exquisito, ta