Hemos pasado unos días en la casa de Edoardo. La localización es muy buena, la casa en si está razonablemente cuidada, aunque falta mantenimiento y mejorar limpieza y acondicionamiento, especialmente de los colchones. Muy desagradable el olor a cañerías del baño de abajo. La cocina es pequeña y está escasamente provista de utensilios para un grupo de hasta 8 personas, que es lo que oferta la casa. Nosotros fuimos 7 y tuvimos que hacer turnos de comida y/o cena, especialmente por vajilla, espacio, tampoco encontramos un mantel, lo salvamos sin problema.
Atención con las escaleras de los altillos, sobre todo para subir las maletas, son estrechas y empinadas, aunque salvables para pasar unos días.
Es un piso de interior y a veces también produce sensación de cueva…efecto sensación de humedad.
La recepción por parte del personal, mejorable, especialmente por la falta de cercanía y acogida.
En general, pasable, merece la pena por la cercanía al cogollo de la Bella Florencia.