Fuimos mi pareja y mi bebé a pasar un fin de semana en la casa Jara. Es el torreón que podéis ver en la web. En la planta baja tiene la cocina equipada con todo el menaje necesario: platos, vasos, cubiertos, microondas, tostadora, exprimidor…nosotros necesitábamos una batidora y Manuel en seguida nos la trajo. Hay una mesa para comer, sofá, tv, DVD y la caldera de pelex que hace que la casa esté muy calentita.
En la planta superior tiene el dormitorio con un armario, y un amplio ventanal con unas vistas estupendas. El lavabo y la bañera incorporada en la habitación, luego un wáter en una habitación aparte. Tiene secador, mantas, toallas, sábanas, cuna de viaje (esta última tiene suplemento)
Para acceder a la casa hay que subir unas escaleras estrechas y en la puerta hay un descansillo con sillas y mesas donde poder relajarse al aire libre.
Está en un pueblo muy pequeño, a las afueras por lo que hay mucha tranquilidad. Nos impactó la originalidad con la que está decorada la casa y el jardín es una obra de arte digno de ver, este es común para todas las casas incluyendo una piscina y una zona con hamacas para ver estrellas. Tiene todo lo necesario para que la estancia sea perfecta y si echas en falta algo, Manuel lo consigue.
El anfitrión es un encanto de persona, se preocupa para que tengas todas las comodidades posibles. Te informa muy detalladamente de los sitios de interés que hay en la zona. La casa se encuentra cerca de los pueblos más turísticos y hay muchas rutas de senderismo
La única pega que puedo poner es el pequeño escalón que hay entre la habitación y la zona del baño que aunque sabía que estaba allí me tropecé varias veces. Al haber cortinas y no persianas, por la mañana entra un poco de luz, pero bueno, así puedes aprovechar mejor el día.
Se lo recomiendo a todo el mundo.