Desde la llegada hasta la salida, fue una estancia encantadora. La casa es muy tranquila: la naturaleza y los sonidos de los pájaros nos rodearon. La casa en sí es moderna, cómoda, bien construida y bien amueblada. Alrededor de la casa hay un gran jardín con árboles frutales, hortalizas y ganado menor, cuyos productos se pueden utilizar. Todo cumple con los principios ecológicos, que los propietarios están encantados de contarte.
Los propietarios son extremadamente serviciales y con ganas de agradar: y lo consiguieron. Volveremos sin duda.