Una casa preciosa, integrada en el entorno de pinares. El porche es lo mejor; sin nadie a la vista, solo el bosque. Muy cerca de la playa (cala Saona), a solo 5 minutos andando. Un alojamiento respetuoso con la isla, muy formentereño. Ideal para ir con niños pequeños a los que le guste explorar el bosque en busca de sargantanas y lirones. Ideal para padres, madres y titos que quieran desconectar del loco mundo por unos días. Deseando volver pronto.