Hace ya casi un año estuvimos en este lugar donde nada más entrar y verlo te remontas a 600-700 años atrás, todo amurallado, de piedra, un silencio poco habitual, unas vista espectaculares desde la altura , una casa de muchos cientos de años construida con muros enormes de piedra adosada a la muralla, y una paz y una calma que invitan a repetir.
Y así fué; repetimos, y no fué casualidad, todo volvió a ser idéntico, la casa sigue perfecta en cuanto a servicios, bien cuidada, limpia, agradable, bonita con su extraña pero impactante y "adictiva" distribución de una casa de cientos de años, y esa increible bodega donde hace cientos y cientos de años ya se hacía vino por aquellos lugares.
El trato es muy cordial de su dueño, un hombre que ama su pueblo y así lo demuestra cuidando a cada detalle del mantenimiento de sus casas.
Lo cierto es que volveré a repetir, porque para estar tranquilo, pasar un finde sin ruido de ningún tipo en un entorno medieval, al estilo de una antigua abadía o castillo de hace años, donde te dejan a tu aire, ni un ruido de vehículos, y una casa PRECIOSA... pues no me lo pienso.
Super recomendable.
TOÑO