Esta hermosa casa costera invita a relajarse en una piscina climatizada en forma de riñón, rodeada de sombrillas y tumbonas sombreadas, perfectas para largas tardes de descanso. Desde la piscina, camina hacia tu muelle privado, donde los kayaks te esperan para un tranquilo recorrido por Kettle Harbor, una bahía de 120 metros de ancho llena de aves, peces y el ritmo de la marea. Es solo un corto paseo en kayak hasta la Intracoastal Waterway, donde a menudo juegan los delfines y comienza la aventura.
Ya sea que alquiles o traigas tu propia embarcación, apreciarás el elevador para botes de 10,000 libras para un acceso fácil y cómodo. Un breve recorrido en barco te llevará a Stump Pass, revelando las hipnotizantes aguas esmeralda del Golfo de México, donde los bancos de arena, las conchas y las puestas de sol se sienten como un mundo secreto.
La isla en sí es única: tres calles de ancho, siete millas de largo, y bordeada por una playa tan prístina que se siente privada. Toma las sillas de playa, sombrillas y toallas proporcionadas y camina hacia el Golfo para descubrir tesoros de conchas y dientes de tiburón esparcidos por la arena. O alquila un carrito de golf de un proveedor local y explora con estilo isleño, recorriendo palmeras, casitas y brisas saladas.
La sala principal se abre a terrazas con mosquitero que rodean toda la parte posterior de la casa, creando una vida interior-exterior perfecta. Es el lugar ideal para tomar café por la mañana, observar aves costeras o reunirse para un espectáculo de atardecer espectacular que pinta el horizonte y permanece en la memoria.
Esto no es solo unas vacaciones: es esa experiencia isleña mágica, descalza y bañada en sal, donde cada día termina en luz dorada y cada momento se siente un poco irreal.