Tuvimos la fortuna de encontrar esta casa para la última semana de agosto. Hemos estado dos familias con niños (10 personas en total) y lo único que puedo decir es que ha sido una auténtica maravilla. La(s) casa(s) son verdaderamente bonitas, llenas de espacios sugerentes, de estancias y rincones acogedores, que invitan a estar, a no salir, a disfrutar de los distintos momentos del día y de la noche. Si tenéis oportunidad de ver amanecer desde una de las terrazas de la azotea, no dejéis de aprovecharla, la luz es mágica.
La piscina es una delicia y la casa cuenta con todos los servicios que se pueden esperar para una estancia con total comodidad. El único inconveniente (en mi caso, me pareció una ventaja) es que, aunque hay wifi en la casa, la cobertura de los móviles, salvo en una parte, no es especialmente buena, lo que contribuyó, aún más, a sentirme perdido en este paraíso escondido.