Mi familia y yo estuvimos durante 10 dĂas en Casa do CatalĂĄn y Navia de Suarna, en el mes de agosto, en plena temporada y por tanto alta ocupaciĂłn. Fueron unos dĂas maravillosos y quedamos sorprendidos, primero, de la amabilidad y exquisitez en el trato de Joan y Olga y, segundo, de un entorno difĂcil de olvidar. Quiero apuntar que mi marido, mi hijo y yo tambiĂ©n estuvimos en la Suite principal, como alguna otra persona ha comentado pero, a diferencia de ella, con una experiencia totalmente positiva. He de apuntar que en la Casa do CatalĂĄn no tuvimos problemas con la limpieza, las toallas ni las duchas. Puntualmente el primer dĂa no pudo mi hijo, llegamos muy tarde, ducharse, nosotros sĂ, pero en agosto la casa estaba llena y nos comentĂł luego Joan el asunto de la caldera. El resto de dĂas (9) no tuvimos ningĂșn problema para ducharnos incluso dos veces (hacĂa calor y hacĂamos excursiones y rutas). En cuanto a la comodidad, debo decir que el confort y grandes dimensiones de la cama no los hemos encontrado en otro sitio; en cuanto a los ruidos, es cierto que la madera, la autĂ©ntica madera como la de esta casa, hace ruido, pero con un poco de cuidado, respeto por el vecino y unas zapatillas adecuadas (cuestiĂłn de la que por cierto avisa Joan cuando llamas para reservar) todo se lleva mejor. AdemĂĄs, el ruido en el salĂłn era mĂnimo y el descanso fue mejor que en el de mi propia casa. Y, por Ășltimo, quiero decir que al principio me sorprendiĂł que no hubiese TV en la habitaciĂłn, pero cuando pasĂł un dĂa, me alegrĂ© pues pudimos aprovechar mejor el tiempo y compartir mĂĄs cosas con mi familia que desgraciadamente no puedo compartir el resto del año con el trajĂn y los quehaceres de cada uno. En resumen, una experiencia que espero poder repetir porque nos han faltado rutas por hacer, sĂ a lo mejor a 40 kilĂłmetros, pero en ParĂs tampoco tienes todo al lado. Ah! y el desayuno excelente, con un pan gallego que no habĂa probado antes y unos sobaos riquĂsimos, ademĂĄs de bizcochos.