Como ya han dicho, la casa es agradable y estĂĄ en un entorno alejado del bullicio de poblaciones, enclavada entre lugares de obligada excursiĂłn, como Beget, Olot, Sant Joan les Fonts, Castellfollit, rutas de los volcanes o BesalĂș . Las habitaciones son pequeñas aunque muy acogedoras y tienen lo necesario (sĂłlo echamos de menos un televisor en la habitaciĂłn) ; los baños son justos de espacio, con un plato de ducha, aunque cuando se va de excursiones no suele hacer falta mĂĄs . Los desayunos, como ilustro con la foto, son magnĂficos: tostadas reciĂ©n hechas con tomate y aceite de oliva, embutido variado de la zona, bollerĂa casera, mantequilla y mermelada, cafĂ© reciĂ©n hecho para cada mesa...
Fuimos en pareja y, quizĂĄs por eso, el Ășnico pequeño "inconveniente" que encontramos fue que en la casa habĂa en esos dĂas unas familias con niños, y algunos padres bajaban con ellos sobre las 8 de la mañana y salĂan a jugar y a hablar en voz muy alta, justo debajo de nuestra ventana, cuando la casa dispone de un amplio espacio alrededor. Nosotros, cuando llegĂĄbamos de cenar fuera o tomar algo alguna noche, intentĂĄbamos no hacer el mĂnimo ruido, pero entendemos que no a todo el mundo puede exigĂrseles la misma sensibilidad o educaciĂłn... Por supuesto, la dueña y trabajadores de la casa, de nada de esto tienen culpa, y ellos, al igual que nosotros, entienden que un niño debe jugar y disfrutar, pero siempre bajo el control paterno; asĂ, no deberĂa permitirse que un niño estĂ© embadurnando constantemente los cristales con las manos sucias, dejando las puertas abiertas (entran moscas), o arrojando suciedad al plato de comida de los gatos.
En definitiva, y salvando los pequeños inconvenientes ajenos a la voluntad de los propietarios, y que puedes encontrarte en cualquier alojamiento, la relaciĂłn calidad-precio es magnĂfica y la recomendamos sin ninguna duda.