Llevamos 15 años haciendo turismo rural y en todo este tiempo no hemos escrito nunca comentario alguno en las pĂĄginas que se dedican a este tipo de actividad, quizĂĄs porque hasta el momento no habĂamos tenido ninguna experiencia capaz de motivarnos a escribir sobre ella. Hemos podido encontrar algunas muy buenas experiencias, pero siempre hemos echado de menos algo que consiguiese despertar dentro de nosotros el sentimiento de lo natural en su estado mĂĄs puro en contraposiciĂłn a nuestra habitual vida urbana.
Y ha sido en un pueblito llamado Trabanca, y muy especialmente en la persona de Lurio, donde hemos encontrado la esencia de este tipo de actividad. Lurio representa todos los valores que el turismo rural debe ofrecer. Conjuga a la perfecciĂłn el espĂritu rural adquirido desde la infancia, con el conocimiento urbano. Por un lado, gran conversador, paciente, entusiasta, profundo conocedor de su entorno, apasionado por lo natural e integrado plenamente en su tierra, y, por encima de todo, autĂ©ntico; y por otro lado, culto, buen pedagogo, y buen conocedor del mundo urbano y de su forma de pensar, capaz de conectar con facilidad con los jĂłvenes.
SĂłlo poder conocer a Lurio y dejarte emocionar con su apasionada forma de ver la vida en el campo justificarĂan sobradamente una visita a Trabanca y hospedarse en su casa. Pero por si eso no fuera suficiente, a su lado estĂĄ Isabel, su mujer, la amabilidad hecha persona, la dedicaciĂłn absoluta, la generosidad en el trato, la seriedad y profesionalidad en la gestiĂłn; y ademĂĄs, para los amantes de la naturaleza, los Arribes del Duero ofrecen naturaleza en estado puro; y para los gastrĂłnomos, la selecta cocina del resturante la Retoñeta; y ademĂĄs, la vivienda,rehabilitada respetando su carĂĄcter rural pero plenamente funcional. Gracias Isabel. GRACIAS con mayĂșsculas, Lurio, por habernos regalado un puñado de sensaciones difĂciles de encontrar en los tiempos actuales. Mis hijos recordarĂĄn esta corta experiencia siempre.Volveremos