Fuimos hace ya 15 dĂas!!!! Y la casa era estupenda. Recogida, acogedora. ParecĂa que nos quedarĂamos frĂos, pues ese fin de semana empezaban a bajar las temperaturas, pero la dueña, Paloma, nos esperaba con los radiadores encendidos y de refuerzo: La Chimenea!.
TambiĂ©n nos habĂa preparado unos bollos para el desayuno-merienda, y todos los detalles que tuvo con nosotros. En fin, maravillas. AdemĂĄs no nos faltĂł de nada. En la cocina, lo bĂĄsico (aceite, sal, incluso cafĂ©, etc.) todo tipo de utensilios para cocinar, manteles y demĂĄs. No se puede pedir mĂĄs.
Nos gustĂł el detalle de las mesas, una era una cocina bilbaina reconvertida en mesa de salĂłn, muy bonita, y las luces del cuarto de estar, para las que habĂan reutilizado un tiro de bueyes. TenĂa una decoraciĂłn muy cuidada, y algĂșn cuadro tambiĂ©n, realizado por la propia Paloma. Todo muy bonito.
Nos indicĂł ademĂĄs, por donde nos podĂamos mover. Todo muy cerca y muy bonito, nos faltĂł algĂșn que otro sitio, y un museo, al que nos acercamos, pero estaba cerrado. No nos dio tiempo a mucho, en un fin de semana, pero lo que fuimos buscando, un reencuentro entre amigos y un descanso del estres de la ciudad, sin duda, lo encontramos. Muchas gracias, Paloma, por hacer nuestra estancia en tu casa casi como si no nos hubiĂ©ramos movido de la nuestra.