Nos alojamos una semana en uno de los apartamentos con nuestros dos hijos de 5 y 7 años y le elección no pudo ser más acertada: apartamento de una sola planta limpio, con todo lo necesario; rodeado de un precioso paisaje verde, verde y más verde que te deja mirar al infinito; con simpáticas cabritas, caballos... y la mimosa perrita de un vecino que espera pegada a la valla a ver si les rascas la tripita. Pensado también para los más pequeños al tener cama elástica y poder correr y entrar y salir ellos a sus anchas... El entorno maravilloso: playas, faros, costa, senderos, montaña, río, pueblecitos... Mucha variedad de visitas y de actividades. Y qué decir de la comida, uf qué platos, qué ricos... Y por último y no menos importante, los dueños, Berta y Luis, que son encantadores, excelentes guías turísticos , detallistas y muy muy amables. Un beso para ellos.