La casa es grande, espaciosa, con una distribución muy cómoda y con todo lo que se pueda necesitar. Es una preciosa casa antigua rehabilitada “vintage” con piscina propia y un jardín muy amplio y bonito. Conserva su grandiosidad y es muy amplia y espaciosa para un número elevado de personas. El precio es alto en relación al confort que ofrece: las camas son antiquísimas y terriblemente incómodas. Su localización es inmejorable, a solo 5 minutos andando de una playa limpia y tranquila que cuenta con todos los servicios necesarios (accesibilidad, duchas y restaurante). James, su anfitrión fue muy amable y nos ayudó en todo lo que le pedimos. Aunque no tuvimos problemas con nuestro inglés, habríamos agradecido un anfitrión hispanohablante, tratándose de una casa en España.