Tanto Julieta como Chabela, las propietarias, nos hicieron sentir como en casa. Ambas nos proporcionaban todo tipo de información sobre la zona y si teníamos cualquier duda o problema, enseguida venían. Fueron también muy generosas y hospitalarias, nos regalaron tomates de su huerto y nos dieron la bienvenida con un bizcocho y la despedida con unas galletas, todo hecho por ellas. Además se les notaba que adoran a los animales. Por otra parte, nuestra perrita disfrutó muchísimo con el jardín, hay mucho espacio para correr y lo mejor es que la pared es alta, con lo que no hay peligro de que el perro se escape. El jardín dispone, además, de mesas, sillas y tumbonas, así que se puede utilizar también para comer o tomar algo. Respecto a la casa, está muy bien equipada (tiene cocina, salón, dormitorio y cuarto de baño). La situación con respecto a Logroño, Haro y otros pueblos de la zona es excepcional: se está entre 15 minutos y media hora de cualquier sitio en coche. Y Nájera, en comparación con otras poblaciones, es relativamente grande y cuenta con todo tipo de servicios. En definitiva, ¡si volvemos repetiremos seguro!