Estuvimos alojados mi marido y yo del 5 al 14 de agosto de 2012. Nos encantó la palma, la casa. y los dueños. La dueña y su familia fueron muy amables y cariñosos con nosotros. Cuando llegamos, nos recibieron de maravilla, nos obsequiaron con unas frutas y una botella de vino de la tierra. Cuando nos fuimos nos regalaron una bandejita de cerámica que tengo puesta en la cocina :-), una botella de champagne que nos bebimos a su salud y un mojo casero muy rico.
El interior de la casa estaba bien equipado, la cocina tenía los utensilios necesarios, el dormitorio y el salón comedor bastante amplios, que querías comer en casa estupendo, que no querías pues ibas a comer fuera. El hijo de la dueña nos dió indicaciones para comer en un pueblo cercano (El Remo) unos calamares buenísimos, de hecho repetimos varios días de lo ricos que estaban. Teníamos una terraza para nosotros solos a la que se accedía por unas escaleras de caracol que había al lado de la piscina, también había tumbonas, sombrilla, lavadora, aparcamiento, etc...en fín todo tipo de comodidades.
La piscina fenomenal, pequeña pero suficiente, se compartía con la casita de al lado, pero casi la tuvimos en uso y disfrute exclusivo ya que no coincidimos con ellos ni una sola vez.
La casa está situada en una zona tranquila de los Llanos de Aridane, pero cerca de supermercados y de la plaza del mercado del pueblo que es más o menos su centro. También está muy cerca del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y a pocos Kilómetros de varias playas. Recorrimos toda la isla desde allí y aunque hicimos muchas rutas aún nos quedan otras muchas por hacer. Nos gustaría volver a la palma y por supuesto a alguna de las Casitas Las Pereras. Gracias por todo a Marianela y a su familia.
Un saludo Alberto y Marta.